Por Juan José Mesa
Ramón Oviedo, es un artista que no deja pasar un día sin ejercer el oficio de pintor, cuando no está en su taller siempre anda en algo relacionado con su trabajo. También es uno de los que a lo largo de los 20 años de la galería Mesa Fine Art, mantiene un contacto permanente a través de diálogos, visitas y exposiciones. En el día hoy, lunes 4 de febrero, nos realiza una de sus acostumbradas visitas en las que utiliza para despejarse de su taller pero también por ser motivo de su 89 cumpleaños, por lo que hemos querido compartir una conversación llevada a cabo entre la reflexión y la cata de talentos.
Ramón Oviedo, es un artista que no deja pasar un día sin ejercer el oficio de pintor, cuando no está en su taller siempre anda en algo relacionado con su trabajo. También es uno de los que a lo largo de los 20 años de la galería Mesa Fine Art, mantiene un contacto permanente a través de diálogos, visitas y exposiciones. En el día hoy, lunes 4 de febrero, nos realiza una de sus acostumbradas visitas en las que utiliza para despejarse de su taller pero también por ser motivo de su 89 cumpleaños, por lo que hemos querido compartir una conversación llevada a cabo entre la reflexión y la cata de talentos.
JJM: Maestro, ya estamos de fiesta celebrando su cumpleaños. Usted una vez me comentó sobre su ascendencia puertorriqueña y sanjuanera, ¿Me puede hablar de eso nuevamente?
ROH: Claro que sí. Mi abuelo Santiago Oviedo, que a la sazón fue gobernador de Azua, una de las provincias más importante del país, era “cabeza caliente”, revolucionario, y por circunstancias de la vida tuvo que exiliarse en Puerto Rico, allí conoció a Paula Patiño y tuvieron por hijo a mi padre Luis Santiago Oviedo Patiño, quien se casó con una sanjuanera de nombre Ana Rosa Herasme, y de ahí es que somos compueblanos, jejeje…
JJM: Bueno ya que estamos hablando de historia ¿don Ramón usted recuerda dónde llevó a cabo su primera exposición pública de sus obras de arte?
ROH: Sí. Fue en 1960 en el sótano del edificio Baquero de la calle El Conde en compañía las obras de Gilberto Hernández Ortega, Ada Balcácer, Elsa Núñez, José Perdomo, José Cestero y Thimo Pimentel. Eran ocho retratos, por cierto uno era de Thimo y otro de Cestero. Fue mi primera vez que salí a la luz pública como pintor, y quiero que sepas que con muy buena acogida y muy bien valorado por los críticos de ese entonces: Pedro René Contín Aybar y Manuel Valdeperes, quienes hicieron comentarios que me alentaron a seguir exponiendo mis obras.
JJM: Y a través de estos 53 años que lleva de vida pública en el arte y produciendo obras como pintor, ¿Qué o cual acontecimiento o satisfacción considera que ha sido el más importante o significativo para usted?
ROH: Son muchas, pero habría que ver, barajar y pensar… porque he considerado tantos momentos importantes
JJM: Lo primero que le llega a su memoria… ¿Cuál es?
ROH: Lo primero… el que José Gómez Sicre me premiara en la Bienal de 1974 con el Gran Premio de Honor. Eso para mí fue unos de los momentos más significativos. Había que saber quién era él y lo que significaba en esos días. Al que ese señor le hiciera un comentario, se podía sentir feliz, eso era muy importante, porque Gómez Sicre lanzó muchos pintores en Latinoamérica, ¿Tú lo sabías? ¿Tú conocías ese dato? Otro que te voy a dar, es que estoy loco buscando una cinta que yo grabé, y no la encuentro, sobre una conferencia que él dio en Altos de Chavón sobre la escultura, el estancamiento de la escultura que había ya, porque la escultura siempre ha tenido menos salida que la pintura, pero de paso, tratándose de que era aquí que daba la conferencia, y que el público era dominicano en su totalidad, él dijo “aquí tenemos la obra de Ramón Oviedo, un pintor que considero mencionarlo… y dijo muchas cosas, muchos elogios sobre mi trabajo, entonces le mandaron una pregunta en un papelito que cuestionaba porque hablaba de mí, y él respondió: “señores yo he venido dar una conferencia sobre la escultura y ustedes se deben sentir orgullosos que haya incluido un pintor dominicano en esta conferencia, ya que ustedes no han sabido valorarlo positivamente…” y una serie de cosas más! La promotora de esa “travesura” fue Rosa Tavárez, en componenda con otro “carajo” que era escritor que ya murió y le mandaron esa misiva a Gomez Sicre y él les respondió así…
JJM: Y si ese es uno de sus mejores momentos, ¿Cuál acontecimiento usted quisiera borrar de su memoria, o usted lo considera de los peores o no quisiera recordarlo nunca en su vida como pintor?
ROH: ¿Cómo pintor? No es que yo no me quiera recordar… porque yo comprendo que uno va a participar, a competir a los concursos, con la idea de ganar, pero si pierde tiene que estar también conforme es decir saber acoger la derrota. Una vez en un concurso que organizó la Esso Estándar Oil, me rechazaron dos obras ahí, y eso me dolió mucho, porque en realidad no creía, y sigo creyendo, que no habían mucha gente que me superaran a excepción de Gilberto Hernández Ortega, que ya era un maestro…
JJM: Usted recuerda ¿quiénes eran los miembros del jurado que rechazaron esas obras?
ROH: No recuerdo el jurado, pero sí el lugar. Fue en el Palacio de Bellas Artes, y ahí se suscitó y se escenificó un disgusto, entre Gilberto y Guillo Pérez por el lugar donde colocaron la obra, Guillo, quitó la de Gilberto y puso la de él donde estaba la Gilberto y luego Gilberto quitó la de Guillo y colocó la él…
JJM: ¿Cómo ha sido su relación con los galeristas y cuál considera que ha sido el aporte de ellos en la difusión de su pintura y los demás artistas?
ROH: Yo siempre he dicho, que el galerista surge después del pintor… hay algunos que han querido poner la carreta delante de los bueyes, pero eso es imposible, eso cae de la mata, el crítico, el galerista, surgen después que está el pintor, después que hay una obra hecha, yo considero que aquí ninguno de los galeristas ha hecho un trabajo donde su interés particular no esté por delante que el del pintor. Quizás Andrés Salón fue el único que no fue así.
JJM: Pero la función del galerista es importante, a su trabajo se debe en gran medida el éxito económico de muchos pintores, entonces ¿cómo considera usted ese aporte?
ROH: Bueno ustedes lo que han hecho es una labor de promoción interna del arte dominicano, donde han tenido todos buenos dividendos… (risas).
JJM: ¿Alguno lo ha defraudado?
RHO: Yo creo particularmente que a ningún galerista le interesa el éxito de su pintor, sino el éxito de su bolsillo.
JJM: Y ¿Cuál consejo entonces le daría a los jóvenes que se están iniciando, quienes construyen una relación más estrecha con los galeristas?
ROH: Yo renuncié a dar consejos… porque hoy en día todos creen que son cabeza de león. Fíjate como Hinojosa estuvo enojado conmigo, sin hacerle nada, hasta el día de su exposición. No le doy consejo a ningún joven, solo a Omar Molina por que está a mi lado…
JJM: Entonces vea esa nueva generación en él (Omar Molina) y déjele un mensaje de ¿Cómo cree que deben manejarse de cara a la modernidad?
ROH: Yo no creo nada, la nueva generación… Oye bien lo que te voy a decir, hubo una época, treinta, cuarenta años atrás que los jóvenes se agrupaban y le ponían nombre a los grupos… el último grupo al que yo pertenecí, y al único además, el Grupo Proyecta 1, el cual fue muy efímero también, porque resulta que hoy en día todo el mundo quiere ser como te dije “cabeza de león”, y yo entiendo que, en alguna parte de eso hay mucha razón, para no quererse dejarse gobernar por otro, usted debe poner de su talento, aquí estoy yo, y yo mismo soy… usted no puede esperar que sea otro quien lo guíe, por eso yo le hice “cruz y raya” a los grupos.
JJM: Y sobre los concursos de arte que se llevan a cabo en el país ¿Cuál es su opinión a sus 89 años?
ROH: Han perdido la mística. Ya no son iguales que antes, y eso se puede interpretar como siempre se interpretan estas cosas, que uno dice que el melao más dulce es el de su época, el de su juventud, pero ahí están los trabajos premiados, ahí están los trabajos… y están muchos de los pintores y de los involucrados en este mundo. Mira…, cuando el concurso de E. León Jimenes comenzó, que lo ganó Paul Giudicelli con una obra magnífica, ahí está esa obra, y ellos la tienen como un estandarte de la plástica y muy bien merecido. (Claro el hombre murió a destiempo, fue poco productivo y ahí se quedó) pero era “un tolete” de pintor, y fíjate tú que él no era gran dibujante, pero era buen pintor, gran intelectual descendiente de italianos. Fue un magnífico pintor. Él tiene algunos dibujos esquemáticos rectilineales. El concurso era bueno.
JJM: Usted habla del dibujo como algo muy importante ¿Por qué?
ROH: Es una faceta vital en el pintor… el dibujo es la raíz de todo
JJM: De los pintores que visitaron a la República Dominicana. ¿Cuál considera usted que fue el mejor y el que más ha influido en los artistas y en el arte dominicano?
ROH: José Gausachs. Ese es el mejor de todos los pintores que ha pasado por el país. Fue un gran profesor en la Escuela Nacional de Bellas Artes, desafortunadamente contó pobres alumnos jóvenes. El que más avanzó precisamente fue Gilberto Hernández Ortega, quien además lo admiraba. Y él (Gausachs) lo agarró como su pupilo. Es una pena que Gilberto tronchó su carrera, se auto mató con el vicio del alcohol, pero era lo mejor que había. Pienso que algún día deben rescatarlo, porque está en el olvido y está muy por encima de muchos de los de la actualidad.
JJM: Y de las pintoras, es decir las mujeres artistas dominicanas, a su juicio, a su edad, libre de pasiones, con la madurez de los años con una mirada introspectiva ¿cuál considera que es o será la más importante e influyente?
ROH: De las mujeres pintoras, siempre la más avanzada ha sido Ada Balcácer, muy perspicaz, muy viva, muy despierta, en sus inicios tuvo problemas en el dominio de la forma humana, pero eso es una etapa superada. Perdió tiempo en una época en que quiso hacer unos dibujos de unos “bacas” y perdió tiempo en el dibujo textil, ella vivió en EE.UU., y vivía de eso. Por cierto muy buena, magnífica creadora de diseños de telas, recuerdo que luego de haber regresado a vivir a Santo Domingo, le mandaban trabajos de allá…
JJM: Y de los jóvenes, hábleme de los pintores jóvenes a los que usted les vea esa posibilidad de trascender...
ROH: Hay un pintor Gerald… Gerald Ellis, que apunta muy bien. Y otro, que yo lo tenía como pupilo y aún lo tengo como prospecto y le considero como un gran artista, a Jesús Desangles, el pobre en un momento pudo perder el carril, y aun así es un gran artista, que puede llegar muy lejos, lejos, lejos… a él le queda mucho tiempo y no debe perder ese horizonte.
JJM: Sobre los coleccionistas… que dice sobre ellos. ¿Ha estado directamente en contacto, considera que realmente lo son?
RHO: Ahora mismo estoy desconectado de ellos, de ese mundo… y de los que existen actualmente como tales. Pero hace años los había y sinceros, no mercantiles. Ramón Francisco, que era medio poeta, compraba la obra de nosotros los pintores para disfrutarla, y ahí las tiene su hijo, que las heredó todas, y las conserva. Por ejemplo, te puedo mencionar a Jesús Hernández quien murió ya…
JJM: Y del Ramón Oviedo compositor, ¿dónde está? No todos los que ven en usted su pintura saben que detrás hay un compositor de canciones…. Háblenos un poco de esa faceta… ¿Le gustaría?
ROH: He compuesto muchas canciones, de las cuales ya me han cantado “ventitantas”… entre Fernando Casado, que eso fue un fracaso, y Taty Salas que fue mejor experiencia, un CD mejor hecho, ya que yo tenía mejor conocimiento y el aprendizaje de la primera experiencia, ya me había fogueado más en ese mundo farandulero, ya que yo no soy de ahí. Pero, por componer esas canciones tuve que transitar unos días por ahí. Taty Salas hizo un magnífico CD… pero tú sabes en ese mundo siempre aparecen figuras que para llamar la atención se destapan, y dan muchos brincos y ahí entonces el disco de Taty se opaca…
JJM: ¿Le gustaría que un artista como Juan Luís Guerra cante sus canciones?
ROH: Ahora mismo no estoy en eso… la última composición la cantó Rubby Pérez: “La ciguapa”, por cierto que muy bien. A Juan Luís no se le puede dar a cantar composiciones. Cuando un compositor le da a cantar a una persona como él, o a cualquier otro artista de esos niveles, se engaveta uno, por que los méritos todos son para el intérprete, nunca mencionan el compositor… y tienen tan poco tacto, que nunca en los conciertos o en sus presentaciones mencionan al compositor…
JJM: ¿Le gustaría cantar?
ROH: No tengo voz ya. Quizás hace unos años la tenía bastante afinadita, pero ya yo he bebido muchos tragos…. (risas) y he cogido mucho espray de fijador en el taller. Para mí ¡se acabaron los micrófonos!
JJM: ¿Cómo piensa celebrar su cumpleaños 89?
RHO: Y como lo voy a celebrar… lo que debería es ponerme triste si ya yo sé que es un año menos que me queda, un año menos que no voy a disfrutar…
JJM: ¡No! ¡Maestro, no lo mire así! Es una bendición para el arte dominicano, poder contar con una gloria como usted, que a esta edad, se encuentra lúcido, trabajando, en todas sus facultades y haciendo aportes a la plástica nacional como si estuviera en franca juventud…
ROH: Yo te diré algo en ese sentido… me siento privilegiado por la naturaleza, de haber llegado a vivir 88 años y estar vigente en mi trabajo artístico, eso lo agradezco y reconozco que es un privilegio… pero hay una cosa, los cumpleaños se celebran cuando estás joven, de los 15 en adelante, como acostumbran las muchachas… que le hacen una fiesta muy bonita, ese acto precioso, un momento en que la joven está llena de ilusiones, como que espera de la vida muchas cosas buenas, magníficas, y después se van celebrando con menos entusiasmo… pero se celebran hasta cierta edad y hay quienes lo celebran hasta la edad que tengo y más.
Le agradezco al amigo y coleccionista Antonio Ocaña (h), como le llaman cariñosamente “Tony”, el que él siempre está muy pendiente de esa fecha, y mientras estuvimos en negociaciones con mi obra, él nunca falló en celebrarme mi cumpleaños, de una manera muy gratificante, como nunca lo hice yo, por mi propia cuenta. Ahora, en esta ocasión, el se entusiasma y desde España, comienza a preparar algo que yo no sé lo que es, para mí será una sorpresa, porque mandó a que se me retratara en diferentes posiciones, y así se hizo con el fotógrafo David Pou, y me hizo una sesión de fotos que me mostró en una pantalla y las consideré muy buenas. Realmente no se qué se propone hacer con eso, pero lo que no me cabe duda es que es con motivo del cumpleaños. Para mí en esta fecha lo hacía ya en el país, y aunque supe que todavía está en España, sé que no va a tardar, pues estamos a tres días de la fecha… pero él sabrá lo que se tiene entre manos. Y a ese señor siempre le he agradecido eso, porque he percibido que lo hace con mucho entusiasmo, aunque se puede considerar como me digan muchos, que él lo hace porque tiene obras mías y las quiere vender, pues magnífico, eso es correcto y aún en ese caso lo aplaudo…¿Y qué haces tú cuando compras una mercancía para revenderla? Le das valor ¿No?
JJM: Jajajajaja… así también dirán de mí, aunque usted sabe que con los años le he demostrado mi amistad y ha sido el pilar de las relaciones que hemos construido a lo largo de 20 años…
ROH: Es que vivimos en un país donde siempre se le busca “la quinta pata al gato”, y nada está bien. Aunque sabemos que nada es perfecto, como dice un eslogan por ahí que no recuerdo que promueve NADA es per fe to…
JJM: ¿Qué le gustaría comer el día de su cumpleaños?
ROH: (Risa)… La comida que como siempre, arroz con frijoles y carnes, una ensaladita sencilla con berro…
JJM: ¿Y el arrocito con leche de postre le gusta?
ROH: Sí… jejejeje, bueno de postre puede ser un arrocito con leche, pero entonces hay que comer poco, porque eso otro viaje de arroz, usted es del granero, ¡no puedes negar que eres de San Juan!
JJM: Gracias maestro Oviedo.
ROH: Gracias a ti Juan José, usted siempre…
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