martes, 30 de diciembre de 2008

Las grandes fortunas apuestan por el arte.

Por: Juan José Mesa*

El mercado financiero está en la cuerda floja, el inmobiliario colapsó, todos los diarios internacionales hablan de que las economías mundiales están convulsionadas y el pánico ronda todas las bolsas de valores. El panorama repercute directamente en la depreciación de las monedas, las crisis financieras y las quiebras institucionales e hipotecarias. Francamente se habla ya de recesión. En cambio el negocio del arte, a pesar de todo se mantiene.

En los tiempos de crisis y especulación, es en donde el arte juega un papel como salvavidas para quienes tuvieron la visión, de que las obras de arte, eran un bien seguro de inversión. El arte es garantía de una rentabilidad segura, sin riesgos en la mayoría de los casos. El arte es, en resumen, un valor refugio en tiempos de turbulencias, de crisis, ajeno al crash, debacles u otras distorsiones de la economía. La caída de los mercados y los tiempos de guerra, por ejemplo, son solamente dos tipos de eventos que tienden a impulsar el alza en el valor del arte.

Según la prestigiosa web Art Price, el crecimiento medio del mercado del arte entre 2005 y 2008 ha sido del 49% frente, por ejemplo, al 46,9% registrado por el CAC40 o el 24,5% de incremento que ha tenido el Dow Jones en este mismo período.

Para la directora de la Consultora Arte Global de España, Elisa Hernando; a futuro, la rentabilidad del arte está asegurada, seguirá siendo un valor seguro, aunque acusará una corrección de los precios —especialmente en obras de artistas que está sobrevalorados— y permitirá la salida de especuladores del mercado, los que han incrementado de forma artificial el valor de algunas obras. (1)

Jianping Mei y Michael Moses, son los catedráticos de la Universidad de Nueva York (NYU) quienes recopilan un índice de precios, que muestra cómo el arte de la posguerra y contemporáneo, ha obtenido mejores resultados que el índice bursátil más relevante de EE.UU, el S&P 500, en los últimos diez años. En un estudio publicado, Mei y Moses plantearon lo que hicieron cuatro guerras recientes a los precios de la pintura y 27 recesiones en los Estados Unidos. Concluyen que: "durante los conflictos armados de duración muy larga del siglo pasado, el arte presentó un índice de rentabilidad que se incrementó en corto tiempo, que cuando las recesiones y guerras derrumbaban a Wall Street, las obras de arte servían como el mejor refugio de inversión. Y que en la plaza financiera, el valor de las obras de arte se multiplicaban más rápido aun”. (2)

Algunos datos históricos arrojan los siguientes resultados:

• Durante la Primera Guerra Mundial, las bolsas de Estados Unidos y la británica cayeron en promedio un 25%, mientras que el arte durante el mismo período había subido un 125% de su valor.
• En la Segunda Guerra Mundial las bolsas de Londres y Nueva York se hundieron. Hasta 1946 se habían recuperado en un 107% y 100%, respectivamente. Para entonces, el arte alcanzaba un 130% de su valor de 1937 previo a la guerra.
• El S&P 500 aumentó el 67% durante la guerra coreana (1949 a 1954). En ese mismo periodo, el índice del arte de Mei/Moses fue superior de 108%.
• Durante la guerra de Vietnam, el S&P 500 disminuyó el 27% entre 1966 y 1975, mientras que el arte subió el 256%. (3)

Quienes conocen el negocio afirman que invertir en obras de artistas bien posicionados en el mercado puede generar hasta un 30% de rentabilidad anual.

Hay tres fuerzas que hacen subir los precios, según Karl Schweizer, director de la banca de arte de UBS, un banco suizo. Los ricos son cada vez más ricos, se sienten más cómodos con activos alternativos como el arte y hay escasez de oferta –pocos artistas “clásicos” contemporáneos (que trabajaron de 1870 a 1950) y artistas de la posguerra han producido obra de valor duradero. Algunos inversores están incluso aventurándose en áreas más arriesgadas del mercado, la del llamado “arte húmedo”, o el recién bajado del caballete. El mercado está saturado. Pero el potencial de los beneficios de la especulación resulta irresistible para los aspirantes a “connoiseurs”. (4)

El arte movió en el 2007, 67 mil millones de dólares. Se estima que sólo el mercado de la pintura representa 30 mil millones de dólares. Los magnates rusos, indios y chinos van por, las obras de arte de artistas de sus mismas nacionalidades.

(1) Arte, valor refugio en tiempos de crisis. ABC. 16/11/2008
(2) Freddy Suárez Gutiérrez, Mercado de Arte. Leedor.com
(3) Jianping Mei y Michael Moses, 2002. "El arte como una inversión y los bajos resultados de las obras maestras", American Economic Review, American Economic Association, vol. 92(5), páginas 1656-1668, de diciembre.
(4) Edición impresa The Economist (11 de enero de 2007)

(*) El autor es reconocido promotor de arte, galerista, y director de la primera casa de subastas del Caribe.

Las Subastas de arte, en Santo Domingo.

Por Esteban Antolín

Para consolidar la inversión en arte en República Dominicana, deben consolidarse tanto el mercado primario como en secundario simultáneamente.

Las galerías de arte y los artistas vivos, quienes son los componentes principales del mercado primario, en tiempos crisis, resultan afectados sino cuentan con un mercado secundario alternativo que sea capaz, de permitirles a los coleccionistas o compradores reciclar sus obras. En ese mercado secundario, las subastas constituyen el medio ideal para la compra y venta de las obras de arte.
La subasta es un método, que se caracteriza por el procedimiento de celebración. Es un acto de licitación, donde resulta seleccionado comprador el autor de la mejor puja. El creciente número de salas especializadas en la referida actividad revela, sin duda, su progresiva consolidación.
El desarrollo del mercados de subastas no es coyuntural, resulta que en la economía capitalista que impera en casi todo el mundo occidental, el precio justo se alcanza en un lugar abierto y libre, en donde sin ningún tipo de presión, convergen un universo de compradores y vendedores en búsqueda del intercambio de los más diversos productos.

En Santo Domingo, entre el 21 de noviembre y el 3 de diciembre se llevaron a cabo tres subastas de arte sucesivamente.
La primera, en Arte Berri, organizada por las galeristas María del Carmen Ossaye y Binguene Armenteros.
La segunda, en el Hotel Meliá Santo Domingo, llevada a cabo por el director de esta galería, el Sr. Juan José Mesa, quien a propósito anunció la creación de la primera casa de subastas del Caribe, Mesa Casa de Subastas. Dicha subasta, la primera de arte caribeño realizada en en país, contó con la novedad, de que las obras que se subastaron pertenecían a artistas que como condición debían pertenecer al Caribe. Un interesante catálogo que incluyó todas las obras, ficha técnica y valores estimados, condiciones del comprador y formulario para compradores ausentes.
El Lic. Abil Peralta Agüero, reconocido crítico de arte internacional, quien hizo la presentación de la subasta, valoró el trabajo llevado a cabo por sus organizadores, y la situó a la altura de importantes subas tas del mundo. Hubo una gran concurrencia del público destacándose los principales coleccionistas del país. Actuó como subastador el Sr. Antonio Molina. La 1era. Subasta de Arte del Caribe, trascendió internacionalmente y reseñada por importantes medios informativos del mundo.
La última, en el Museo de Arte Moderno (MAM) y organizada por la galerista Mildred Canahuate y Nuria Gracia.

Indudablemente, a quien no ha comprado nunca en subasta le pueden asaltar algunas dudas y temores en cuanto a los alcances, y funcionamiento de este método, y puede incluso sentir algún recelo, pero el que hayan coincidido tres subastas, evidencia que el mercado está maduro, o va en camino.
Ahora, todas necesitan consolidarse, y aunar esfuerzos para superar cualquier dificultad en los inicios. Los coleccionistas y los artistas, quienes a final de cuentas, son los más favorecidos del fortalecimiento del mercado secundario, son los que en mayor grado deben apoyar estas iniciativas.
Sobre los organizadores recae la responsabilidad, según criterios de calidad de la obra, trayectoria del artista, colección de procedencia y todo lo demás; poner a disposición del mejor postor, lotes con precios relativamente atractivos en relación con sus valores estimados de mercado, pues este, es quizás el aspecto más importante, puesto que el valor que se le ofrece a un posible comprador no puede esconder la cadena de intermediarios que en otros escenarios encarece el precio.
Durante las crisis surgen las mejores oportunidades a precios más bajos que en períodos de crecimiento.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Como iniciarse en el coleccionismo. ¿En qué invertir?


No es necesario disponer de una fortuna para comprar arte. La pintura es el más utilizado como vía de inversión. A partir de varios miles de pesos se puede optar por dibujos de firmas importantes y, cierta disponiblidad, se llega a las obras maestras.
Si no se tiene mucho dinero, lo ideal es limitarse a un género o a una época.

Dònde comprar
En las subastas, el vendedor ha de pagar entre un 10% y un 11% sobre el precio final del remate a la sala, en concepto de corretaje. Los gastos de transporte y seguro corren a cargo del vendedor antes del remate y del comprador, después.

Rentabilidad
No hay un patrón definido, aunque Salomon Brothers estima que la inversión en pintura en plazos superiores a los 15 años ofrece rentabilidades muy superiores -no cifradas- a las de la Bolsa. Ahora es buen momento para comprar.

Una buena compra debe estar apoyada en dos puntales: el buen gusto y la inversión.

La inversión pura y simple en obra de arte es difícil de mantener y crea falsas expectativas en los circuitos comerciales. Pero una buena compra, en todo caso, y sobre todo si envuelve grandes sumas de dinero, debe tener en cuenta que la inversión realizada sea rentable a medio y largo plazo. Para ello, hay que saber qué se compra y a qué precio.

Hay coleccionistas con buen ojo clínico que sistemáticamente, apuestan por artistas jóvenes, incluso, desconocidos en la confianza de que algún día centuplicarán su inversión. A veces, se obtienen buenos resultados, sobre todo si se tiene buen gusto y un cuidado sentido crítico.
Lo normal, cuando se trata de cifras millonarias, es invertir en la obra de aquellos artistas sobre los que el paso del tiempo ha despejado las posibles dudas acerca de su consagración artística.
El tiempo no irá más que reafirmando la obra del autor e incrementando su precio. La mayoría de las veces son los propios profesionales quienes mejor pueden asesorar e informar, pero si surgen dudas al estar implicados en el negocio, siempre se puede recurrir a centros de tasación y asesoramiento independientes que cumplen fielmente su cometido.