martes, 7 de septiembre de 2010

Culminó ayer la feria de arte contemporáneo más prestigiosa del Caribe: FIART 2010.

Un escaparate de color caribeño.

Cerca de 30 galerías mostraron sus propuestas en las plantas 1 y 2 de la Galería Nacional ubicada en el Palacio de Bellas Artes, donde por cinco días se dieron cita obras en gran diversidad de medios, de artistas tanto consagrados como emergentes.

Se tiene por entendido que el evento superó los 6.000 visitantes que atrajo el año pasado, entre coleccionistas, críticos de arte, comisarios, directores de museos y galerías y público general.

La propuesta de la galería Juan José Mesa Arte Contemporáneo concitó la atención de los vistantes con las obras de: Carlos Hinojosa, Omar Molina, Ginny Taulé, Enriquillo Rodríguez de República Dominicana; Marcos Alegría y Bárbara Díaz Tapia de Puerto Rico desafiando la crisis y la apatía de los compradores con obras de calidad museo.

Carlos Hinojosa, autor de Realidades Ovlidadas - muestra que fue presentada el pasado año en la galería - y que obtuvo el galardón en la categoría de Mejor Exposición Individual en Galerías de Arte, durante la celebración de la VIII edición de los Premios a la Crítica, que otorgó la Asociación Dominicana de Críticos de Artes (ADCA) el pasado lunes 30 de agosto; presentó la obra titulada Uno que implora... otro que rie, que pone en evidencia que el mundo del arte es demasiado pequeño para ser ajeno a la problemática de la cotidianidad.

La preocupación por la crisis económica, su repercusión en la presente edición y los intentos de sabotaje, ponen de manifiesto que el éxito de la feria no puede medirse sólo por el negocio, sino que también son importantes los contactos, la relación entre galeristas y coleccionistas que allí se lleva a cabo.

El mayor esfuerzo para ediciones futuras, en el que deben empeñarse a fondo los organizadores de FIART, está en atraer al coleccionista privado, quien a la vez es responsable del éxito de las ferias de arte, y que en esta edición asistió de manera tímida, ya que el coleccionismo público siempre brilla por su ausencia.
Sin embargo, cabe destacar que lo más importante en todo momento fue la voluntad de compromiso, que se ha expresado públicamente para conseguir un mayor desarrollo de la feria, que pueda repercutir favorablemente en la construcción de un importante mercado de arte.

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